por Joleene Burts
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:37-39)
“Jesús se acercó a ellos y les habló diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado. Y he aquí, yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:18-20)
Estas escrituras son conocidas como el Gran Mandamiento y la Gran Comisión. ¿Cómo se vería esto en tu vecindario, donde Dios te ha situado? Empieza con un rezo y encontrando maneras intencionales y consistentes de conectarse y formar relaciones. Aquí tienes algunas ideas que mi familia y yo usamos para buscar el amor de Dios, el amor de nuestro prójimo y para traer la luz de Cristo a todos a nuestro alrededor. Vivimos en un suburbio de San Diego, California. Tal vez debas modificar éstas ideas a tu propio contexto.
1. Reza diariamente por el prójimo. Aquí hay una herramienta de oraciones que uso, ¡y me encanta! https://blesseveryhome.com
2. Sal a caminar y rezar. Busca tiempo a la semana para caminar por tu vecindario y rezar. Puedes hacer esto sólo o con tu familia, algún amigo u otro vecino. HAZ CLICK AQUÍ para encontrar recursos que te enseñen a rezar mientras das un paseo.
3. Pasa tiempo intencional afuera. Pasa más tiempo en tu patio y saluda a tus vecinos mientras van y vienen. A veces conectarse con el otro es cosa de poner un poco de tiempo de lado para estar disponible. Me gusta salir al jardín de mi patio, ver a mis hijos montar bicicleta, pasear a mi perro, o ir por el correo a una hora donde hay gente afuera. He tenido algunas conversaciones increíbles e inesperadas con mis vecinos de esta manera.
4. Envía regalos durante las fiestas. Las fiestas e inicios de temporada son buenas oportunidades para conectarse. Haz un pequeño regalo o tarjeta que puedas entregar personalmente para conocer a los nuevos vecinos y reconectarte con los que no conoces muy bien. Cuando nos mudamos a nuestro barrio durante el otoño, mi familia preparó galletas de calabaza y adjuntó pequeñas tarjetas que tenían nuestros nombres y número de teléfono. Fuimos todos como familia a tocar timbres y entregamos las galletas a cada uno de nuestros vecinos en la calle para presentarnos y hacerles saber que nos podían llamar si necesitaban algo. Todos aprecian una pequeña muestra de amabilidad.
5. Ve a los eventos y actividades del vecindario. Busca maneras de conectarte donde la gente ya se está reuniendo: ventas de jardín, noches de juegos, reuniones de asociación de propietarios, días en el parque, etc. Empecé a atender juegos mensuales de bunco cuando recién nos mudamos al vecindario. Fue muy divertido y pude conocer a muchos vecinos. Tengo un grupo de vecinas a las cuales disciplino, a las cuales conocí cuando empecé a atender las noches de bunco. Si no hay actividades, entonces puedes organizar las tuyas. Encuentra una necesidad y satisfácela.
6. Organiza una fiesta en el patio. Encuentra formas divertidas y creativas para juntar a los vecinos. Encontramos que nuestros vecinos tienen un deseo de conocerse y formar relaciones, pero se sienten aislados y realmente aprecian a alguien que toma la iniciativa y planea una reunión agradable y casual. Organiza fiestas para que los vecinos puedan encontrarse y conocerse como fiestas de helados, celebraciones de alguna festividad, una cena compartida, etc. Organizar reuniones en el patio es simple y fácil. La gente puede ir y venir como les parezca y sentirán menos incomodidad de ver a otra gente. Mis hijos y yo hacemos folletos y los dejamos en las puertas de las casas. También utilizó la aplicación NextDoor para invitar y comunicarme con mis vecinos. Hacemos estas reuniones un par de veces al año. ¡A la gente le ha gustado tanto esta iniciativa que ahora ellos también organizan fiestas y reuniones! Éstas fiestas han hecho que los vecinos se conozcan y empiecen a formar amistades, además de lograr un sentimiento de comunidad.
7. Toma nota de nombres e información cuando conozcas a la gente. Puede que conozcas el sentimiento horrible de hablar con alguien que has conocido antes y olvidarte de su nombre o algo que ellos han compartido contigo. Una manera práctica de amar al prójimo es intencionalmente recordar su nombre y lo que conversan. Utilizo la aplicación de bloc de notas en mi celular para apuntar algunos detalles que quiero recordar. También ayuda a recordar las formas específicas por las que puedes rezar por ellos en el día a día.
8. Reserva un día o noche para conectarte más profundamente. Las fiestas en tu patio son geniales para conocer gente y conectarse en un nivel más casual, pero invitar individualmente a una familia a cenar puede ayudar a llegar a conocerse de una manera más profunda y significativa. Mi familia reserva los viernes en la noche para invitar a alguna familia que queramos llegar a conocer más para cenar o hacer alguna actividad. Es un momento divertido, ya sea cenando o jugando y conociéndonos realmente. Mantén las cosas simples y enfócate en conectarte en vez de entretener. Mi familia llama a estos días “La Mesa de los Vecinos”, inspirado en una compañía llamada “Neighbor’s Table” que crea hermosas mesas.
9. Concéntrate en conversaciones que empiecen casuales, y luego se tornen significativas, espirituales, y de descubrimiento. Pídele a Dios que te enseñe cómo trabaja en los corazones de la gente. Queremos unirnos a Dios en su trabajo, no forzar cualquier conversación a que se torne espiritual. Busca convertirte en un buen oyente. Al tener conversaciones casuales, pregunta. Estate atento a necesidades o áreas de ruptura. Usualmente estas son puertas que Dios abre donde los corazones se ablandan, y las conversaciones espirituales son bienvenidas. Compartir una historia relevante de la Biblia que hable de las necesidades de ellos es una gran manera de compartir la verdad de Dios y su amor de una manera que ellos puedan identificarse. Éstas conversaciones de descubrimiento pueden llegar a convertirse en reuniones habituales de leer la biblia en un grupo de estudio bíblico.
10. Responde a las necesidades. Al hablar con tus vecinos, presta atención a las necesidades que expresan. Considera a la hora de rezar cómo puedes responder a esas necesidades. Lleva una comida a una familia que tenga dificultades, haya tenido un hijo, esté enferma o que haya perdido a un ser querido. Ofrécete a cortar el pasto, limpiar una casa o hacer las compras. Cuida a una mascota mientras alguien esté fuera de casa. Ayuda a mover muebles, presta herramientas, cuida a los niños, o sé voluntario en un evento de la comunidad. El grupo de vecinas que disciplino son muy buenas identificando las necesidades del vecindario/comunidad y juntas les servimos para responder a esas necesidades.
Joleene Burts vive en el condado norte de San Diego, California, con su esposo de 15 años de matrimonio y dos hijos, de 8 y 6 años. Le apasiona Jesús, vivir una vida con propósito, enseñar a sus hijos desde casa, la jardinería y juntar a sus vecinos. El artículo de Joleene fue escrito originalmente para Sentergy.us y fue republicado aquí con permiso.
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